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La vida olvidada

Tres mil pedos

Hace un montón de años ya, no sé, 16 o 17 años, nos fuimos de viaje, E., J. y yo. J. conducía su ford fiesta blanco, E. era el copiloto y yo iba atrás, entre papeles, ropa y restos...recorrimos la costa del Cantábrico desde San Sebastian hasta Gijón, luego bajamos a Burgos, Soria y vuelta a casa. Fue el viaje de los tres mil pedos.

 

El otro día me acordé de aquello y desde entonces no paro de pensar en ese viaje. Lo pasamos de puta madre. Éramos inmortales.

 

La vida ha dado muchas vueltas desde entonces, tantas que a veces no sé ni donde estoy, si he vuelto al mismo lugar o si me he pasado del punto donde me esperaban. Pero ahora sé que debemos seguir girando, girando , girando, girando....

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